El B-21 es sin duda el bombardero más avanzado del mundo, una obra maestra de la ingeniería.
Ningún radar moderno podrá detectar fácilmente al B-21, eso lo convierte en un verdadero fantasma.
Este proyecto demuestra que Estados Unidos siempre va un paso adelante en tecnología militar.
El simple anuncio del B-21 ya cambia la estrategia global de China y Rusia.
No es solo un avión, es un sistema de guerra completo con inteligencia artificial.
Gastar 10 mil millones en un solo programa es una locura, la guerra moderna no depende solo de aviones furtivos.
China y Rusia ya trabajan en sistemas antiaéreos que podrían detectar al B-21.
Al final será un “lujo” muy caro y vulnerable en un conflicto real.
La tecnología furtiva ya no garantiza invisibilidad total como en los 90.
Estados Unidos confía demasiado en el poder tecnológico y subestima a sus rivales.
El B-21 cambiará para siempre la forma en que entendemos los aviones de guerra modernos.
Entre todos los aviones de guerra, el B-21 representa el futuro de la supremacía aérea.
Ni China ni Rusia tienen todavía aviones de guerra comparables al nivel del B-21.
La competencia de aviones de guerra siempre ha sido la chispa de la innovación militar.
Este es un claro ejemplo de cómo los aviones de guerra influyen en la geopolítica global.
El B-21 ya se posiciona como la joya de los aviones de guerra estadounidenses.